martes, 4 de febrero de 2014

Test de Roshard


Los puntos suspensivos se derretían entre las citas
y las comillas dejaron paso a las cursivas,
que acabaron cayendo de puro cansancio,
tras todo esto el papel quedó en blanco,
mis manos manchadas con la tinta
que impregna el papel haciendo esbozos,
garabatos que iban cogiendo formas raras,
cada vez más complejas y más completas
hubiera deseado obligar a Roschard a mirar
y entonces lo vi claro, estaba dibujando,
manufacturando mi inconsciente en papel.

Una imagen valen las palabras escritas
pero es una imagen tan compleja, tan...
que no sabría describirla.